El 5 de febrero, de manera anual se celebra el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, de acuerdo con la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este día nos da la oportunidad de tomarnos un momento y observar nuestro entorno, ser capaces de distinguir la inclusión que existe y la participación de las figuras femeninas en los diferentes espacios de trabajo, estudio y desarrollo de diversas ciencias, pero ¿Cómo sé si un espacio es inclusivo en la participación de mujeres? Aquí te presentamos algunos puntos que puedes considerar una “green flag” para detectar espacios inclusivos:
- Se valoran las voces femeninas
Un espacio donde existe una igualdad para la toma de decisiones, o incluso en una mesa de diálogo, junta, reunión, o conversación usual, nos es un indicador de que nos encontramos con un posible lugar seguro para la participación femenina. Tomando en cuenta este punto, podemos tener más claro si un espacio se interesa por la participación de las mujeres, validado lo que estas pudieran aportar.
- No se limita el acceso a la información
La calidad de la comunicación es esencial para el buen entendimiento y desarrollo de actividades, entre otros aspectos como lo son las relaciones sociales sanas. De esta manera, un espacio donde la información se maneje de la manera adecuada, nos brinda la oportunidad de desarrollarnos con mayor seguridad, al igual que mejorar el rendimiento.
- Los prejuicios no tienen lugar en ese espacio
Parte de una cultura organizacional saludable, es el entorno que se crea a partir de las participaciones y características de los miembros de cierto grupo de estudio, empleo, club social, etc. Estas características nos brindan la oportunidad de un espacio con diversidad de ideas, sin embargo, esto nos da también la apertura a situaciones complejas, por lo que mantener una línea de trabajo basada en el respeto, solidaridad y empatía, nos ayudará a que todos los miembros se sientan cómodos y esto se vea reflejado en sus aportaciones.
Un punto para reforzar estas relaciones de respeto, son los programas de sensibilización. Por ejemplo, una empresa que mantiene a su personal en contacto con temas de salud mental y prevención de violencia laboral o el burnout, entre otros.
- Muestran compromiso por la inclusión
Parte de crear un espacio inclusivo, involucra trabajar por él y mantener la línea de respeto. Trabajar por construir este espacio, involucra la capacitación constante, mantenerse actualizados y compartir este conocimiento con sus miembros, esto mediante talleres, apertura de mesas de diálogo, brindar espacios donde temas relacionados se puedan discutir y retroalimentar.
- Creación y aplicación de políticas
Como mencionamos en el punto anterior, la creación de un espacio inclusivo, involucra el mantenimiento de este. Un punto importante a considerar, es si estos espacios cuentan con políticas que regulen la participación de sus miembros y la interacción entre estos. Estas políticas nos ayudan a poder sentirnos con la seguridad de que a pesar de no ser un recordatorio diario, existen lineamientos a seguir para una participación igualitaria y relacionarnos de manera sana. Un ejemplo es la “Cero tolerancia ante el acoso o violencia de género”, cada espacio crea sus propios lineamientos de acuerdo a sus necesidades y características, considerando leyes locales, nacionales e internacionales como parte del desarrollo de buenas prácticas en inclusión
Estos puntos son solo algunos que pudieras considerar para saber si te encuentras con un espacio inclusivo. Recuerda que los espacios seguros se construyen y mantienen, colaborativamente.