Blog

Psicoterapia con perspectiva de género: su impacto en mujeres tijuanenses víctimas de violencia.

Elia Paulina González Castro, Alma Belen Minguela Vilches, Mónica Varela Ruíz, José Luis Yañez Flores.

Psicoterapia con perspectiva de género: su impacto en mujeres tijuanenses víctimas de violencia.

Nota del Autor

El presente artículo fue elaborado por los integrantes de Mind it! Tijuana, Baja California, México.

Se agradecen las colaboraciones del equipo de psicoterapia, coordinación e investigación dentro de Mind It!, pues a causa de su dedicación y trabajo es posible difundir respecto a la condición de violencia de género a la cual se encuentran expuestas las mujeres de la región tijuanense.

Resumen

La violencia de género es el acto de maltrato dirigido hacia la mujer en el cual se le daña de diversas formas, siendo representativos ejemplos de ello los ataques físicos y verbales. Dichas agresiones se relacionan con aspectos socioculturales de desigualdad; por ende, la perspectiva de género es una alternativa ideal para brindar psicoterapia a mujeres víctimas de violencia, pues considera aspectos como los roles sociales y las imposiciones asignadas de acuerdo al sexo, atendiendo el latente conflicto desde un enfoque pertinente en un corto periodo de tiempo. El presente estudio busca evidenciar la diferencia en relación con el número de hombres y mujeres que acuden a psicoterapia, la frecuencia de casos de violencia en mujeres y los tipos de violencia mayormente presentados, demostrando además el grado de efectividad de una intervención breve con perspectiva de género, cuya metodología se compone de formularios, entrevistas y continuo acompañamiento de profesionales en salud mental. Se ha determinado que, dentro de la población atendida, el 70,8% se conforma únicamente por mujeres, quienes refieren haber experimentado distintos tipos de violencia; tales como la emocional y la verbal. El proceso fue concluido por un total de 20,9% mujeres y los resultados reflejan considerables progresos.

La violencia de género en la ciudad de Tijuana, Baja california.

El Informe Mundial Sobre la Violencia y la Salud (2002) define a la violencia como el empleo meramente intencional de fuerza física, amenazas contra sí mismo, otra persona, un grupo o incluso una comunidad. La violencia puede presentarse en diferentes entornos, entre poblaciones variadas y en circunstancias indistintas. Sin embargo, una de las dimensiones de la violencia cuya implicación biopsicosocial exige intervenciones urgentes es aquella agresión que se comete de manera directa en contra de la población femenina.

La violencia de género es una problemática social que se ha manifestado en el estado de Baja California desde hace ya varios años. De acuerdo con Hernández (2021) tan solo entre el primer y el segundo trimestre del año 2020, el Instituto Municipal de la Mujer de Tijuana (IMMUJER) presentó un incremento del 70% de casos de violencia en sus distintas manifestaciones: físicamente, a través de golpes y lesiones al cuerpo, del tipo emocional; mediante el abuso verbal y psicológico y a través de violencia económica; la cual consiste en impedir a la mujer el poder tener control de sus propios ingresos y conseguir la satisfacción de sus necesidades básicas.

Hernández (2020) menciona que, considerando las cifras de violencia registradas hasta el mes de noviembre del pasado 2020 por parte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Tijuana se ha situado como el cuarto sitio a nivel nacional donde la violencia contra la mujer se destaca en un nivel constante y grave. Las altas cifras demuestran que los niveles de violencia contra la población femenina no disminuyen, si no que parecen mantenerse en constante incremento, lo cual se ha transformado en una problemática social difícil de ignorar que compromete a la población de modos que no resultan favorables.

A diferencia de la violencia en general, la violencia de género se diferencia por ser cualquier tipo de daño que se encuentre basado en una situación de desigualdad, donde puedan identificarse la existencia de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres, justificándose detrás de aspectos socioculturales de acuerdo a las condiciones, estereotipos o atribuciones que se realizan en función a la idea o expectativa que se tiene respecto a lo femenino en el contexto social.

Una visión sociocultural a la situación de violencia de género.

Formalmente, puede definirse a la violencia de género como aquel acto de maltrato dirigido hacia el sexo femenino, en el cual, tomando como base la desigualdad sociocultural dentro del entorno al que pertenecen, se les ocasiona daño de diversos tipos; generando heridas ya sea físicas o emocionales que lleguen a impactar significativamente en la vida de la mujer maltratada, existiendo el riesgo de comprometer la vida. Navarro, Narro y Hernández (2014) rescatan que es a causa del factor sociocultural que el conflicto mencionado se mantiene latente y ha llegado a un estado de normalización que resulta altamente perjudicial, pues ante la mirada de la comunidad, múltiples actos de violencia no son considerados una señal de alarma ni ameritan intervenciones.

Es por ello que cuando la mujer víctima exterioriza su situación, muchos de los casos no son seriamente abordados, ya que en medio de la cotidianidad y el acervo cultural que envuelve al sector social, no parece ser anormal que dentro de un matrimonio el esposo le alce la voz a la esposa o la insulte y dentro de un noviazgo tampoco resulta un evento inquietante que el novio quiera manejar la vida de su novia, comience a establecer prohibiciones o a manejar su estilo de vida. De hecho, lo que parece generar mayor alboroto es aquel escenario en el cual las mujeres se muestren en contra de estos actos que pueden identificarse como acciones machistas, pues se asume que ellas no deberían mostrar comportamientos desafiantes ante una figura masculina.

Curiosamente, esta posición de desventaja a nivel social, personal y emocional no es asunto que se consolide en un único día o que surja entre una sola pareja. En su libro “Psicología del Mexicano“, Díaz-Guerrero (1982) habla acerca de cómo es que este constructo de una mujer que sirve, que obedece y que calla ante el hombre y ante la sociedad, se va formando desde la infancia, con las tareas, responsabilidades y exigencias que se dirigen hacia las niñas dentro de casa; incluso menciona que, desde antes del nacimiento, esta idea cimentada en desigualdad de género ya es una cuestión latente.

Las familias mexicanas esperan con fervor al primogénito puesto que culturalmente, el nacimiento de una niña implica el inicio de una constante preocupación que va a perdurar hasta que se case. Las familias mexicanas anticipan que el nacimiento de una niña trae consigo desventajas relacionadas a los negocios y pone en duda la virilidad e imagen de respeto de los padres, puesto que no habrá un nuevo “hombrecito” que ayude a mantener la casa en orden.

Es así que, tomando en cuenta la realidad histórica, se va esclareciéndose el hecho de que la violencia que sufre la población de mujeres, al menos en la ciudad de Tijuana empapada por una cultura mexicana, forma parte del día a día desde edades muy tempranas, siendo los estigmas y los roles de género una parte implícita dentro de la educación, desarrollo dentro de casa y la misma comunidad. Los numerosos espacios que rodean a las mujeres y los hombres comparten ideas y replican comportamientos que, lejos de colocar un alto a las desigualdades y prejuicios, se suman a la repetición de ellos, perpetuándolos incluso de una manera inconsciente.

La psicoterapia breve con perspectiva de género para atender casos de violencia.

Considerando los aspectos enunciados en el contexto de la problemática, se establece como hipótesis que la psicoterapia breve con perspectiva de género es una alternativa efectiva que, al tomar en cuenta aspectos como la cultura, los roles sociales y las imposiciones asignadas según el sexo con el cual se nace, va a permitir abordar este tipo de violencia con una visión trascendental que dé a las pacientes la oportunidad de concientizarse sobre sí mismas en un reducido periodo de tiempo. La terapia breve se caracteriza por ser una modalidad de intervención que permite ajustarse a las demandas actuales, orientándose objetivamente  a la efectividad y a acortar el período de psicoterapia (García, 2015) es por ello que, en conjunto a una perspectiva sensible a la representación del género, contemplando aspectos como los roles sociales y las imposiciones asignadas al sexo femenino, reconoce la diferencia en cuanto a realidades, experiencias y oportunidades la población de mujeres, brindándoles la posibilidad de obtener herramientas para realizar cambios significativos que mejoren su calidad de vida lo más rápido que sea posible, esto con el fin de mantener su bienestar tanto  físico, como emocional y mental.

Método

Participantes

Para la elaboración de la presente investigación se ha contado con la presencia de mujeres habitantes de la ciudad de Tijuana, Baja California. Siendo así un total de 216 féminas entre los 18 y los 40 años de edad que buscaron acudir a un proceso de terapia psicológica.  No se realizó distinción ni se colocó especial atención respecto a las ocupaciones y/o profesiones de las participantes con el fin de obtener una muestra lo más general posible integrada por mujeres tijuanenses. A las susodichas, se les informó sobre los lineamientos del proceso psicoterapéutico, obteniendo previamente su consentimiento y otorgándoles la seguridad de la confidencialidad y el anonimato para cada uno de sus casos.

Objetivos

  • Evidenciar la brecha existente en cuanto al número de hombres y mujeres que acuden a psicoterapia.
  • Identificar cuantas de las mujeres tijuanenses atendidas en el proceso de psicoterapia han sido víctimas de actos violentos.
  • Reconocer los tipos de violencia mayormente presentados en la población de mujeres tijuanenses atendidas.
  • Demostrar la efectividad de una psicoterapia con perspectiva de género para disminuir el impacto generado por la violencia contra la mujer.

Materiales

Con el fin de respaldar los datos de una forma cuantitativa, se aplicaron los cuestionarios PHQ1 y PHQ6 en la primera y la sexta sesión respectivamente.  El PHQ1 es un cuestionario que se integra por diversos apartados permiten la recopilación de datos tanto personales como demográficos: desde el nombre, la edad, fecha de nacimiento, sitio de nacimiento y de residencia, ocupación y algún número de contacto. Asimismo, el PHQ1 facilita la exploración en relación con los tipos de violencia existentes para conocer si la paciente ha sido víctima de alguno de ellos y por parte de quien; abordando violencia física, la verbal, violencia sexual, económica, psicológica.

Otra de las características sobresalientes que se encuentra en el cuestionario PHQ1 es su amplia utilidad para conocer el grado de funcionalidad general de la paciente respecto a su situación actual, tomando como base las dos semanas previas a la sesión número uno y preguntando respecto a qué tan seguido se manifestaron problemas como: poco interés al hacer las cosas, sentirse decaído, contar con anomalías del sueño, exceso de cansancio, desvaríos en el apetito, dificultad para concentrarse y/o deseos de perder la vida.

Por su parte, el formulario PHQ6 se emplea como una herramienta evaluativa y comparativa en la sexta y última sesión. Este cuestionario otorga la posibilidad de medir el progreso existente respecto a la primera y sexta sesión, pues plantea interrogantes similares con el objetivo de identificar si hubo o no un cambio significativo durante el proceso psicoterapéutico de acompañamiento a la mujer víctima de violencia; si cambió su percepción de la realidad, si mejoró su estado emocional y si aumentó el grado de funcionalidad tomando, de igual forma, un periodo de dos semanas previas como referencia. Asimismo, para rectificar el avance de las pacientes, se solicita al finalizar el proceso que expresen su experiencia durante el proceso de psicoterapia breve mediante un formato electrónico ubicado en Doctoralia.

Por último, como material de soporte se emplea el uso de un “Directorio de instituciones” documento que contiene información respecto a sitios, albergues, dependencias y demás que brinden apoyo a mujeres en situaciones de riesgo. Dicho directorio contiene número telefónico, tipo de asistencia que se brinda, horarios de atención y ubicación; esta herramienta es un material opcional al cual se recurre únicamente en casos específicos que demanden una intervención más allá de las posibilidades dentro del consultorio.

Procedimiento

Previo al inicio de la relación terapéutica entre paciente y psicólogo, los profesionistas en el ámbito deben contar con capacitaciones pertinentes en relación con la terapia feminista y la perspectiva de género; conocer estrategias de intervención y sensibilizarse respecto a los mencionados temas con el fin de brindar la mejor atención posible. Formalmente, el proceso tiene inicio desde el primer contacto directo con la paciente, es decir, al momento de presentarse a su consulta número uno.

Posterior a la presentación entre paciente y terapeuta, se prosigue con la explicación y abordaje de una carta de entendimiento, cuyo principal objetivo es detallar las características del servicio de apoyo emocional; aclarando que el proceso de asistencia psicológica se compromete a mantener confidencialidad con la identidad de los pacientes y una calidad de servicio respaldada en un registro de proceso; llevando un historial de sus datos.  Por parte de la paciente, se requiere su compromiso para asistir a las sesiones con puntualidad y regularidad, respetando la modalidad de las sesiones en cuanto a número y duración con el fin de que los resultados sean óptimos. Una vez aclarada la carta de entendimiento, se procede con la aplicación del PHQ1 como primera evaluación.

Una vez concluido el primer formulario, el profesionista de la salud mental procede con una entrevista motivacional, en la que se habla con la paciente para conocer sobre sus expectativas respecto al proceso de psicoterapia para comenzar a fijar objetivos entre ambas partes, objetivos que van a cumplirse con el trabajo en conjunto de terapeuta y paciente durante cada sesión semanal.

En el transcurso de brindar atención terapéutica un día a la semana durante un periodo de seis semanas, el profesionista de la salud mental proporcionará acompañamiento, asignará tareas y se mantendrá al tanto de los progresos en el paciente hasta llegar a la última sesión, en la cual se realizará la aplicación del PHQ6 para evaluar el estado actual de la paciente y contrastar con los resultados obtenidos en el primer encuentro.

Análisis estadísticos

La obtención de información fue posible gracias a los ya mencionados formularios PHQ1 y PHQ6, herramientas estructuradas a manera de cuestionario que, gracias a su composición, permiten no solamente ahondar en los tipos de violencia que han experimentado quienes acuden a consulta, pues además facilitan el recopilar datos cuantitativos respecto al número exacto de pacientes según el sexo, lo cual resulta sumamente útil para el cumplimiento de objetivos. De esta forma fue posible identificar a la población muestra considerada para la presente investigación; siendo la variable nominal las mujeres de la ciudad de Tijuana que acuden a psicoterapia.

Resultados

La aplicación del PHQ1 en el apartado de “género” ha permitido determinar que, dentro de una población del 100% que acude en busca de asistencia psicoterapéutica, el 70.8% se encuentra conformado únicamente por mujeres, siendo el sexo femenino quien demanda asistencia emocional en mayor medida dentro de la Ciudad de Tijuana, Baja California (Tabla no. 1). De igual manera, puede observarse que, gracias a la formulación de cuestionarios, la violencia emocional o psicológica y la del tipo verbal son los modos de violencia con más frecuencia dentro de las mujeres de Tijuana; pues tomando ahora como totalidad del 100% a las 216 pacientes que acudieron en busca de ayuda profesional, puede mencionarse que más del 30% de ellas ha experimentado estos dos tipos de violencia, tal como puede apreciarse en la tabla número 2.

Por su parte, la violencia física y la sexual se mantienen a la par de frecuencia con un 21.3% de mujeres que han sido víctimas de estas prácticas donde la agresión es directamente una cuestión corporal, representando así una diferencia considerable en comparación a los dos tipos de agresiones con mayor presencia, pues la brecha es mayor del 25% (tabla número 3). Por último y en lo que respecta al apartado de funcionalidad, el cual que se encarga de medir el desempeño y estado general de las mujeres en relación con sus actividades cotidianas, demostró que en la primera sesión el 50,2% considera “un poco difícil” el llevar a cabo sus actividades diarias, mientras que el 26,4% lo calificó como algo “muy difícil” (extensión de los resultados en la tabla número 4).

El proceso psicoterapéutico breve respaldado en la perspectiva de género fue concluido solamente por un total del 20,9%. No obstante, se obtuvieron mejores resultados en el PHQ6, desapareciendo el apartado “muy difícil”, incrementando la sección “un poco difícil” al 61,4% y dando paso al “para nada difícil” con un 38,6% (tabla número 5). Gracias a la modalidad mixta de la investigación, cualitativamente, fue posible obtener mediante el formato electrónico de Doctoralia, información referente a la experiencia personal de algunas pacientes, quienes confirmaron haber obtenido progreso durante las seis sesiones de terapia.

– A. M. “Desde la primera sesión brinda herramientas, ejercicios y tareas que son de utilidad. Escucha con atención.” S.P. “Me siento en confianza en expresar mis sentimientos, y me siento escuchada sin ser juzgada, y me gusta los tipos de ejercicios que realizamos en terapia“.

– C.D “Me encantan las sesiones porque siempre al final me siento mucho más feliz, tranquila y con la mente más clara“.

– E. “Fue mi primer consulta con ella y quede encantada. Me hizo sentir en confianza, estoy convencida de seguir mi tratamiento con ella. Súper atenta todo el tiempo, te explica cada detalle de una manera en que lo entiendes súper bien. Me brindo esa seguridad y empatía que buscaba en una psicólogo.”.

– M.M.. “Las citas han sido de gran ayuda en mi crecimiento personal, en el poco tiempo que he sido atendida la psicóloga me ha generado un ambiente de confianza muy grande y me ha ayudado a tranquilizarme respecto a situaciones externas, así como a entenderlas y sobrellevarlas.”

Tablas

Tabla 1

Total de pacientes que han asistido en busca de un acompañamiento terapéutico dentro del último año.

Hombres 89
Mujeres 216

Tabla número 2.

Total de mujeres que han sido víctimas de algún tipo de violencia.

Tipo de violencia. Física Verbal Sexual Económica Gineco- obstétrica Emocional o psicológica
Cantidad de mujeres que la experimentaron. 46 127 46 18 18 136
Porcentaje representativo. 21.3% 41.2% 21.3% 8.5% 8.5% 63%

Tabla número 3.

Comparativa entre la prevalencia de tipos de agresión que implica o no contacto físico.

Tipo de violencia. Física Sexual Verbal Emocional o psicológica
Cantidad de mujeres que la experimentaron. 46 46 127 136
Porcentaje representativo. 21.3% 21.3% 41.2% 63%

Tabla número 4.

Funcionalidad
Extremadamente difícil 3.2%
Muy difícil 26.4%
Un poco difícil 50% 50%
Para nada difícil 20.4%

Desempeño y estado general de funcionalidad en las mujeres en relación a sus actividades cotidianas tras ser víctimas de violencia de género.

Tabla número 5

Desempeño y estado general de funcionalidad en las mujeres en relación a sus actividades cotidianas tras acudir a las seis sesiones de tratamiento psicoterapéutico.

Funcionalidad (sexta sesión)
Un poco difícil 50% 61,4%
Para nada difícil 38,6%

Discusión

Es a causa de los altos índices de violencia y daño hacia la mujer dentro del municipio de Tijuana, Baja California y a las iniciativas que se han visto en favor de la lucha contra estos actos de maltrato, que se planteó el principal objetivo evidenciar la diferencia en cuanto al número de hombres y mujeres que acuden a psicoterapia, el cual fue cumplido y comprobado gracias a las herramientas cuantitativas, pues por medio de éstas se cuenta con una cifra de 216 mujeres en comparación a 89 hombres, existiendo una diferencia de más del 40%.

Sin duda, estos datos pueden ser interpretados por medio de la perspectiva de género, proporcionando dos vertientes de gran validez: el número de mujeres que acude en busca de ayuda psicológica puede ser mayor por la carga que ha colocado la sociedad mexicana sobre el sexo femenino y el número de varones que acude es menor debido a esta misma premisa, un estigma que ha otorgado la sociedad a los varones. Ríos (2018) comenta que los hombres no frecuentan consultorios debido a que la cultura mexicana los pinta como siempre fuertes y el hecho de preocuparse por cuestiones emocionales se les atribuye estrictamente a las mujeres.

En relación con el segundo objetivo planteado, la frecuencia de casos de violencia en mujeres, es evidente que todas las mujeres han experimentado al menos un tipo de violencia. Resulta frecuente que, dentro de la primera sesión del proceso psicoterapéutico, las pacientes confirmen haber sido violentadas en más de una forma, pues a excepción de la violencia económica (la cual se caracteriza por privar a la mujer de sus propios ingresos y limitarla en la satisfacción de sus necesidades) y la gineco-obstétrica (relacionada al cuerpo y los procesos reproductivos) todas las formas de violencia superan el 10% de frecuencia en las pacientes atendidas.

Dichos datos van abriendo paso al tercer objetivo, el cual tiene como fin conocer los tipos de violencia mayormente presentados en las mujeres tijuanenses que fueron partícipes en el proceso de psicoterapia breve con perspectiva de género. Previamente se mencionó que el Instituto Municipal de la Mujer de Tijuana (2021) registró en el año de 2020 un alto índice de violencia física, emocional y económica a nivel municipal general. Sin embargo, a pesar de que la muestra del presente estudio se encontró limitada a un número de 216 pacientes, la violencia del tipo emocional prevalece, ocupando un 63% de frecuencia en las mujeres entrevistadas.

Por último, se pretende demostrar el grado de efectividad de una intervención breve con perspectiva de género, para lo cual ha sido indispensable el apartado de funcionalidad en las pacientes pues donde al inicio predominaban variantes desde lo extremadamente difícil, muy difícil y un poco difícil al terminar las seis sesiones establecidas, únicamente se obtuvieron resultados oscilantes entre lo un poco difícil y para nada difícil. No puede negarse  la eficacia tras aplicar la perspectiva de género, tal como se planteaba en la hipótesis. No obstante, se reconoce el alto índice de abandono al proceso efectuado por muchas de las participantes; aspecto en el cual debe ahondarse para identificar los factores que derivaron a las pacientes a no culminar.

Conclusiones

Resulta evidente que la problemática planteada involucra un fuerte acervo cultural. Esta situación se respalda en una inmensa historia que, debido a sus visiones erróneas respecto a la sociedad, no ha hecho más que agravar la frecuencia de los actos violentos contra la figura de la mujer mexicana. A consecuencia de la presente investigación puede observarse que, si bien el abandono al proceso de psicoterapia fue considerable y muchas de las participantes no consiguieron llevar las seis sesiones a término, aquellas mujeres que lo culminaron  lograron mejoras evidentemente cuantitativas de gran relevancia que han sido expuestas en la sección de resultados; las féminas que completaron las seis sesiones en su totalidad refirieron contar con una menor dificultad para llevar su día a día y recibieron útiles alternativas de solución y psicoeducación que promovieron su autonomía y autocuidado.

De este modo, puede destacarse que la perspectiva de género es viable en modalidad breve al momento de trabajar con mujeres violentadas; sin embargo, no se descarta la posibilidad de ahondar en posibles mejoras de tratamiento con el fin de disminuir la deserción de pacientes en psicoterapia. Se determina entonces que, gracias a la modalidad centrada en el presente y de corta duración, apoyada en el punto de vista sociocultural que proporciona la psicoterapia breve con perspectiva de género, se posibilita el cuestionamiento a la realidad que envuelve a las mujeres víctimas de violencia, esto con la finalidad de que logren ejecutar cambios provechosos en su estilo de vida, mejoren su estado anímico y modifiquen su manera de relacionarse con otros.

Puede concluirse que, abordar la problemática que representa la violencia de género teniendo en cuenta esta perspectiva y respaldando el abordaje con un proceso psicoterapéutico breve que otorga seguimiento en posterior a la sesión número seis, pueden obtenerse resultados favorables y significativos que beneficien la calidad de vida de muchas mujeres, lo cual representa una conveniente alternativa de solución para comenzar a hacerle frente a una problemática de tan grandes dimensiones como lo es la violencia en contra de las mujeres que prevalece hasta los tiempos actuales.

Referencias:

  • Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres. (2018). ¿Qué es la perspectiva de género y por qué es necesario implementarla?. Recuperado de: https://www.gob.mx/conavim/articulos/que-es-la-perspectiva-de-genero-y-por-que-es-necesario-implementarla
  • Díaz-Guerrero. (1994). Psicología del mexicano: descubrimiento de la etnopsicología. México. Trillas.
  • García Martínez, F. E. (2015). Terapia sistémica breve: fundamentos y aplicaciones (2a. ed.). RIL editores. Recuperado de:  https://elibro.net/es/lc/humanitas/titulos/67430
  • Hernández, J. (2021). Aumentan las atenciones de Immujer70% en pandemia. El Sol de Tijuana. Recuperado de: https://www.elsoldetijuana.com.mx/local/aumentan-las-atenciones-de-immujer-70-en-pandemia-6406557.htm
  • Hernández, J. (2020). Violencia contra la mujer no termina. El Sol de Tijuana. Recuperado de: https://www.elsoldetijuana.com.mx/local/violencia-contra-la-mujer-no-termina-6180201.html
  • Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C., Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, 2002. Recuperado de: https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/violencia/docs/informeOMS.pdf
  • Instituto Municipal de la Mujer. (2020). Proceso terapéutico en el Instituto Municipal de la Mujer (IMMUJER). https://immujer.tijuana.gob.mx/
  • Navarro, Moctezuma, & Narro Robles, José, & Orozco Hernández. (2014). La mujer en México: inequidad, pobreza y violencia. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, LIX(220),117-146.Recuperado de:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42131173005
  • Ríos. (2018). Hombres adultos, quienes menos solicitan atención psicológica. Universidad de Guadalajara. Recuperado de: https://udg.mx/es/noticia/hombres-adultos-quienes-menos-solicitan-atencion-psicologica